Don Fernando de Argensola

Don Fernando de Argensola nació allá por un año de los largos de 1500 tirando ya casi para 1600, en Barbastro, en la región conocida tiempo después como Huesca. Cursó estudios de Retórica e Historia en Zaragoza , finalizados éstos, se trasladó a Madrid, donde concurrió a academias poéticas y adoptó el seudónimo de «Bárbaro», jugando con el nombre de su ciudad natal, y dejando alguna que otra perla de papel sembrada por aquestos mentideros de la Villa y Corte.

Durante su estancia en Madrid, ocupó diversos cargos públicos, entre ellos, la secretaría de Cristóbal de Aragón y Gurrea, duque de Villahermosa y a la muerte de este, anduvo de un lado para otro realizando diversos trabajos, tirando siempre de pluma, tintero y legajo, hasta dar con sus huesos al servicio del hijo del Conde de Fuentes. Un trabajo al fin y al cabo que le daba para vivir holgadamente y dedicarse a la literatura.

Conocida es su afición por las mujeres, no en vano anhela dedicarse a escribir teatro, con la esperanza de palpar cachas de actrices a sus anchas. Allá donde transiten actores, comediantes y gente de letras se le verá bien vestido, sombrero calado, capa y espada en ristre, de un rincón a otro charlando con todos, coqueteando con todas y repartiendo su sonrisa a quien a bien tenga recibirla.

Aún suenan los ecos de ciertos versos dedicados a una dama casada...